sábado, 22 de septiembre de 2012

Sólo quiero una limpieza...

Os suena?
Hoy voy a escribir una pequeña crítica a un tipo de paciente, aquel que lleva años sin realizarse una revisión dental pero que de repente se le ocurre que hace mucho que no visita al dentista y quiere hacerse una higiene/profilaxis/limpieza dental en una consulta en la que nunca le han visto.
No tengo nada en contra de la gente que no visita regularmente al dentista, pero si una persona tiene un historial extenso de tratamientos dentales y decide dejar de hacerse revisiones durante un buen tiempo... Lo normal es que pasados unos años, los tratamientos dentales vayan sufriendo con el paso del tiempo, al fin y al cabo, hasta la Mona Lisa envejece y nosotros no somos como los buenos vinos. Así que una vez se comienza a tener un largo historial dental es mejor visitar regularmente a tu dentista. Pero... ¿y si decides cambiar de dentista? ¿No será mejor que ese nuevo dentista vea como tienes la boca?



Pues parece ser que para algunos no. Los dentistas no compartimos las historias clínicas de nuestros pacientes sin su consentimiento expreso, no compartimos radiografías ni ningún otro registro sin consentimiento del paciente y por tanto cuando alguien aparece por primera vez por nuestra consulta no sabemos nada de él o ella. Así que lo primero que debemos hacer es una revisión completa del estado de la boca, no hacerlo es un error. Mucha gente piensa que como nada le duele no tiene problemas y por lo tanto solo necesita limpiezas. Lo que ocurre es que la mayoría de los problemas dentales no duelen hasta que sus consecuencias son graves. Una caries no duele hasta que no llega a la pulpa dental afectando al nervio, la enfermedad periodontal (piorrea) no duele hasta que los dientes se mueven tanto que molestan y las encías sangran y están inflamadas y sensibles, una maloclusión (mala forma de morder) no duele hasta que los dientes sufren sus consecuencias (desgastes excesivos, fracturas, malposición) o aparece el temido dolor articular (duele al abrir mucho la boca por ejemplo). Y para todo eso debe realizarse un buen diagnóstico. Pero como todo eso no duele, parece no importarnos. Tampoco duele tener niveles altos de colesterol (hasta que nos da un infarto) y sin embargo nos preocupa cuando en una analítica aparecen. ¿Por qué descuidamos tanto nuestra boca?

Por favor, la próxima vez que visiten a un dentista por primera vez, explíquenle sus necesidades y deseos, pero déjenle revisar todo, es posible que algo se les escape al paciente y si su dentista no lo detecta pensarán que es un mal dentista por no haber visto un problema en ciernes, y quizá la culpa sea del paciente que no ha dejado al facultativo realizar bien su tarea, limitando su revisión a que le vea el diente que le molesta (o nada) y pidiendo (o exigiendo) que le haga la higiene dental en la primera cita. El dentista no es un bien de consumo donde se pide algo y se obtiene de modo inmediato, primero es un centro de salud.
Alguna vez alguna persona me ha dicho que no mire nada más que lo que le molesta, que si le miro algo más "le voy a sacar más cosas". Nosotros los dentistas no "sacamos" nada, la boca de los pacientes no es una chistera de la que se saca nada, decimos lo que hay y proponemos soluciones, pero no obligamos a nadie a hacerse nada. En mi consulta no tengo cinchas ni cadenas para atar a nadie al sillón y tratarle contra su voluntad, es más ni alguien no está convencido de realizarse un tratamiento es mejor que no se lo realice, si no tendrá una mala percepción de la tarea de su dentista.  Si una persona no se quiere tratar un problema dental es cosa suya, pero es bueno que esté informado de su situación dental, si no siempre pensará que todo está bien.
Espero que a quien lea esto y pertenezca al grupo de pacientes (solo quiero una limpieza, gracias!) no se sienta ofendido.

¡Muchas gracias por leer mi blog!

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