domingo, 13 de noviembre de 2011

Robin Food, o David De Jorge, la cocina sin bobadas...

Hola a todos,
Hoy como es domingo no quiero pensar en dientes y sí que quiero hacer una aclaración para los que no sois del País Vasco. Al principio del blog hablo de Robin Food, este fantástico personaje de la ETB2 que es David de Jorge. Este cocinero de dimensiones mayusculas tanto en lo físico como en lo técnico es el protagonista del autoproclamado "mejor programa de cocina de la televisión mundial",  y la verdad es que es de lo más divertido, te explica platos sencillos pero también delicias más complejas, acompañado a veces de geniales colaboradores como Ibán Yarza (el rey del pan), y sobre todo con la visita semanal de Martín Berasategui (el ministro de los fogones y gastronomía).
La verdad es que todos los mediodías en la ETB2 tenemos la diversión garantizada, David es un auténtico genio de la comunicación, un gran cocinero de txoko o sociedad gastronómica (porque hace comida como para 8 bisontes que se reúnan a disfrutar de la buena mesa) y sobre todo alguien cercano, que se mancha las manos, que se chupa el dedo, que dice tacos (como casi todos los de la tierra) y que nos dice que para cocinar bien no hacen falta chorradas, pero sí ganas de hacerlo bien.





Tengo que decir que llevo pensando un tiempo que la similitud entre gastronomía y odontología es mayor de lo que parece, más allá de que todo va a la boca. En ambos casos hay que conocer bien la técnica, en ambos debemos ser meticulosos al realizarla y en ambos debemos poner pasión y muchas ganas para elevarnos sobre los demás e ir evolucionando. He visto la El Bulli, Historia de un Sueño con sus 4 DVD´s más de 10 veces y siempre pienso que aunque muchas de las cosas que inventaron parezcan chorradas, al final hicieron evolucionar la gastronomía mucho más rápido de lo que lo había hecho en los 30 años anteriores a su explosión creativa.
Cocinar y comer bien es uno de los placeres de la vida, pero también suponen un pequeño acto de reflexión. Para cocinar bien hay que pensar un poquito en como se hace cada cosa, como se pocha la cebolla, como se pica el ajo, cómo sazono una carne o a qué temperatura debo poner el horno para hacer esa lubina que compré  y que preparó tan bien el pescadero. Cada vez que nosotros tratamos a alguien deberíamos hacer esas pequeñas reflexiones para ir evolucionando, cuestionándonos cada paso. Si nos conviertiésemos en autómatas mal iríamos...
Por último me toca aclarar que David de Jorge habla de la cocina sin bobadas y reivindica la cocina de siempre con un pequeño giro. En la odontología nos pasa algo similar. A veces los dentistas quedamos deslumbrados por los grandes avances, queremos aplicarlos de inmediato y a veces somos gilipollas comprando productos y máquinas carísimas que se quedarán guardadas en un armario. Es mejor dar pequeños pasos sabiendo que es lo que ha funcionado toda la vida y aplicando mejoras pero sin caer en el anuncio de que tienes lo último sea cual sea su calidad. Por eso he empezado con los blanqueamientos. Las lámparas de blanqueamiento son puro marketing, no mejoran el resultado final, pero la industria dental se la vendió a muchos dentistas ántes de que hubiera estudios, porque no es un instrumento que necesite las mismas pruebas para ser aprobado por los mecanismos reguladores tipo FDA o Agencia Europea del Madicamento que un antibiótico de última generación o una nueva válvula cardiaca. De repente estaban por todas partes y algunos las compraron sin saber realmente si funcionaban como decían los fabricantes. Eso sí, adornaban el blanqueamiento de lo lindo.
Existe una cocina sin chorradas (me gusta más chorrada que bobada, será porque en mi casa siempre se dijo así) y existe una odontología sin chorradas. De la máxima calidad pero sin adorno ni parafernalia. Los dentistas podemos dar los mejores resultados posibles sin alardes que sólo encarecen. Hay que admitir la última tecnología que produzca mejoras reales en los tratamientos, la que sólo cuesta dinero a dentistas y pacientes debería desaparecer...
Hala! Ya está.

PD. Pido perdón a David de Jorge por robarle la foto para ponerla en el Blog pero es que tengo que ponerle cara para que todos sepan quien es este crack de los fogones.

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